CUBA
Régimen cubano establece nueva política para la importación y venta de vehículos
ANÁLISIS
La dictadura cubana cumple 66 años
Impacto en el dólar en Cuba
El primero, señaló, hace que por motivos “idiosincráticos”, en diciembre se ralenticen los negocios en La Habana, por lo que se deja de invertir e incluso de emigrar hasta la llegada del año nuevo, produciendo una reducción en la demanda de dólares. Esto, mientras que hay un incremento de oferta por el “pico” de remesas recibidas con motivo de las fiestas navideñas. “Menos demanda y más oferta presionan el precio del dólar a la baja”, explicó Cruz, en un análisis publicado en el Diario de Cuba.
Por su parte, el “efecto castrismo” produce un “aumento de la incertidumbre” debido a los anuncios económicos del régimen. “Esperando a ver ‘qué pasa’, se refrenan el consumo y la inversión. Este efecto es bastante más visible desde que pocos agentes —MIPYMES (micro, pequeñas y medianas empresas)— concentran tal poder de mercado que sus decisiones definen el valor de las divisas”, indicó.
“Que jamás el dólar haya subido inmediatamente después de un anuncio económico castrista, demuestra que desde que en 2021, forzados por las circunstancias, se medio liberara una parte minúscula de la empresarialidad reprimida de la nación cubana, todo lo hecho por el castrismo es acorralar a ese sector impidiéndole prosperar”, apuntó Cruz.
“Efectos diciembre y castrismo”
Este efecto, sostuvo, se ve agudizado por la Resolución 56/2024, en vigor desde el 5 de diciembre pasado, que regula el comercio mayorista; y por el nuevo “invento cambiario”, anunciado el 18 de diciembre por el régimen castrista el 18 de diciembre.
Mientras que la resolución obliga a las MIPYMES a “abandonar el sector mayorista”, provocando de momento una reducción en su demanda de dólares, el “anuncio difuso y superficial” de la dictadura de adoptar una “tasa legal flotante”, habría “enfriado el mercado cambiario ilegal, esperando los agentes concreción para decidir dónde operar, en CADECA o en la calle”, precisó.
En definitiva, la abrupta caída del dólar en La Habana no se justifica en fundamentos de la economía nacional ni en ningún shock externo, como el “efecto Trump”, sino que es producto de una combinación de los “efectos diciembre y castrismo”. Catalizada y maximizada, además, por la “especulación que se desata en cualquier mercado cuando varía la tendencia”.
Un “rebote violento”
“Sin fundamentos económicos sustentando la depreciación del dólar, esta se evaporará cuando el efecto diciembre cronológicamente termine y cuando el efecto castrismo se asiente y disminuya la incertidumbre. Lo esperable será entonces que el mercado cambiario recupere un desequilibrio alcista, dada la escasez crónica de divisas en la Isla”, subrayó.
En este escenario, Cruz vaticina un efecto “rebote” desde las MIPYMES privadas y la emigración, que aumentarán la demanda de divisas; y la nueva “tasa estatal flotante”, que no cuenta con las reservas necesarias en el Banco Central de Cuba para estabilizar el valor de la moneda local que, además, va acompañado de la compra de dólares por parte del régimen para la empresas estatales, por lo que se dejarán menos dólares en la calle para la demanda privada. “Una oferta reducida y una demanda igual o aumentada encarecerá el dólar ilegal, lo que obligará al Gobierno a comprar dólares cada vez más caros. La tasa no será flotante, sino creciente”, señaló.
“La demanda privada de divisas no disminuirá mientras las familias dependan de importaciones para sobrevivir. Y del lado de la oferta, el Gobierno parece que va a vaciar el mercado comprando más dólares de los que venderá, con lo que el rebote puede ser violento“, alcanzando los 500 pesos cubanos por dólar este 2025, pronosticó la economista.
FUENTE: Con información de Diario de Cuba / Redacción DLA
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